volver

¿Por qué tienes puntos negros y cómo evitarlos?

lectura2' de lectura

Una de las características de la piel que más prevalecen en las pieles jóvenes y con mayor contenido en sebo, es la presencia de puntos negros, en especial, en la conocida como “zona T” del rostro, que comprende la frente, nariz y el mentón, lugares en los que con mayor facilidad se produce un acúmulo de grasa y otros residuos. Veamos a qué se deben y de qué forma podemos tratar de minimizarlos mediante nuestra rutina cosmética.

En muchas ocasiones tendemos a hablar de puntos negros o poros abiertos indistintamente. A lo que tratamos de referirnos cuando utilizamos estos términos coloquiales es a esas pequeñas estructuras circulares u ovaladas teñidas de color oscuro que podemos ver cuando nos acercamos mucho al espejo y que hacen florecer nuestro deseo de deshacernos de ellas haciendo un poco de presión con los dedos.

Lo que en realidad son estos puntos negros no es más que dilataciones de un folículo piloso en las que con el tiempo se va acumulando una mezcla entre el sebo producido por las glándulas que se albergan en el folículo y la queratina propia de la piel. Debido a su ubicación superficial y su consecuente contacto con el oxígeno del aire, como ocurre con cualquier grasa en estas condiciones, se oxida. Es esta oxidación la que les aporta un color oscuro que invita a nombrar a estas estructuras por su nombre, pero si alguna vez has cometido el error de manipular alguno, habrás visto que este color sólo aparece en la parte externa de la estructura, manteniendo el resto un color amarillento propio del sebo natural que produce nuestra piel.

Dadas las razones por las que se originan estas estructuras, si tu piel tiene tendencia a acumular grasa en el interior de los poros y obstruirlos en forma de puntos negros, los mejores consejos que te podemos dar para evitar su aparición y hacer desaparecer los que ya tienes, son los siguientes:

  • Preocúpate por hacer una higiene adecuada de tu rostro. Recuerda que la suciedad, los residuos de tu piel y el sebo que se genera a lo largo de las horas, tienden a acumularse en los poros, por lo que una limpieza adecuada día y noche con productos seborreguladores es la mejor forma de evitar que tenga lugar el taponamiento del poro.

  • Recurre a activos con función queratolítica como el ácido glicólico o el salicílico. Al romper la queratina que cubre el poro, se facilita la salida del contenido del mismo y pueden ayudar a su desaparición.

  • Los productos exfoliantes también pueden ayudar en tu rutina para liberar a los poros de esta mezcla de sebo y queratina.

  • Aunque parezca mentira, la inclusión en tu rutina de antioxidantes como la niacinamida, reduce la coloración de los poros ya que impide la oxidación de la grasa que estos contienen.

  • Sobre todo, evita manipularlos. Muchas veces esto los empeora ya que en nuestras manos albergamos también grasa y suciedad, que pueden llegar a infectarlos y hacerlos evolucionar a grano o espinilla. Si crees que necesitas dar un paso más para su extracción, lo mejor es que acudas a un centro estético y un profesional los retire mediante una limpieza facial profunda.

Recuerda que si te preocupan los puntos negros, sólo tienes que indicarlo en nuestro cuestionario de diagnóstico para que tu crema contenga aquellos activos que puedan ayudar en tu rutina tanto en su prevención como en su eliminación.

Compartir:

facebook
twitter
Encontrar tu fórmula perfecta puede ser tan fácil
como responder a un sencillo cuestionario.
¿Comenzamos?
Crea tu fórmula