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Todos somos conscientes de la importancia del cuidado de la piel, sin embargo es habitual que acabemos el día sin haber llevado a cabo una rutina de cuidado facial o que lo hagamos con una frecuencia menor de la que nos gustaría. Por eso, es importante que sepamos cuáles son esos pasos imprescindibles que no debemos saltarnos y que se pueden realizar de una forma rápida y sin que supongan ningún tipo de esfuerzo.
Lo primero que debemos saber es que en este caso, un cuidado óptimo de la piel requiere que invirtamos tiempo en ella dos veces al día. Como veremos, para ello no hacen falta más de dos minutos.
El primer paso, sean cuales sean las características de nuestra piel, es la limpieza, mañana y noche. Es importante porque la piel es la primera barrera con la que se encuentra cualquier agente externo y sobre la cual se deposita. Además, por sí misma es productora de muchos residuos que tampoco debemos dejar que permanezcan indefinidamente sobre ella. Sumado a esto, hoy en día, la contaminación y nuestro ritmo de vida (las prisas, el maquillaje, las mascarillas…) hacen que nuestra piel esté mucho más expuesta a la suciedad. Para cumplir con este primer requisito, sobra decir que no llega con un simple golpe de agua, un enjuague sólo arrastraría la suciedad de un sitio a otro, sin conseguir eliminarla. Por eso, sin un limpiador (sea del tipo que sea) es imposible retirar la suciedad y hacer una buena limpieza.
El siguiente paso en cualquier rutina es la hidratación, para toda clase de pieles, mañana y noche. Porque cualquier piel es susceptible de deshidratarse. Además, después de la limpieza, es bueno reponer los componentes de la capa hidrolipídica que hemos podido perder debido a la acción detergente de nuestro limpiador.
El tercer y último requisito trae consigo la buena noticia de que sólo necesitamos cumplirlo a la luz del día. Se trata de la protección solar. Somos cada vez más conscientes de que es necesaria, pero es posible que no le demos toda la importancia que merece. Proteger la piel es la mejor manera de mantenerla en buen estado de cara a futuro.
No olvidemos que aunque estos tres pasos son imprescindibles para cualquier tipo de piel, los productos con los que se debe abordar cada uno de ellos tienen que ser adaptados a las condiciones de la piel de cada uno. Ahora que lo sabemos, sólo se necesitan un par de minutos para lucir una piel sana y cuidada.
